Ramón Manterola fue un republicano a ultranza, por lo que enemigo del Imperio de Maximiliano, se auto exilio en La Habana, Cuba; regresando al país con la llamada Restauración de la república en 1867, con la salida de los franceses de México y la reconstrucción del país, por parte del presidente Benito Juárez García.

En 1868, un año antes de que se erigiera el actual Estado de Hidalgo y fuera nombrado Juan Crisóstomo Doria como su primer gobernador provisional, Manterola Bernal se graduó de abogado, mientras ejercía como bibliotecario y archivista en la Escuela Nacional de Agricultura.

Concursando y ganando el puesto, fue de 1869 a 1870, jefe de redacción de la Secretaría de la Cámara de Diputados, en la V Legislatura.
En 1871 el entonces gobernador Gabino Bustamante, lo nombró oficial mayor del Gobierno del Distrito Federal; permaneciendo en el cargo durante las administraciones de Alfredo Chavero (1871), José María Castro (1871), y Tiburcio Montiel (1871 – 1873).

De 1873 a 1878, el licenciado Ramón Manterola fungió como Juez del Registro Civil; además de ser fundador de un colegio particular en 1879, donde se impartía educación primaria y preparatoria.

En 1887 fue regidor de Instrucción Pública de Tacubaya, entonces municipio, en donde implantó en las escuelas públicas, la doctrina del positivismo; corriente que tuvo gran auge en la República restaurada,  promovida por el doctor Gabino Barreda, y que se fundamenta principalmente en la escuela filosófica, que afirma que el único juicio auténtico es el conocimiento científico.

Convertido en educador, de 1889 a 1901, fundó y enseñó pedagogía en la Escuela Normal, llegando a dirigirla de 1890 a 1894; además representó a San Luis Potosí, Baja California y Tlaxcala, en diversos congresos educativos.  Fue maestro en la Escuela Nacional Preparatoria. 

En su inquietud intelectual, Manterola Bernal, fundó junto a los entonces jóvenes, Rafael de Alba, Daniel M. Vélez, y Rafael Aguilar y Santillán, la “Sociedad Científica Franklin”, que pasados los años se trasformó en la “Sociedad Científica Antonio Alzate”, y que después sería la “Academia Nacional de Ciencias Antonio Alzate”, que fue un órgano de divulgación de los conocimientos científicos y humanísticos del país.

Entre los eruditos de su tiempo, Manterola Bernal también es recordado por la polémica que sostuvo sobre la filosofía de Hegel, contra José María Vigil, y Porfirio Parra, en el Liceo Hidalgo,  que fue una de las más importantes asociaciones culturales del siglo XIX; el cual le permitió dar rienda suelta a sus aficiones literarias y filosóficas, como también lo hizo en la Sociedad de Geografía y Estadística. 

Como notable pedagogo que fue, se recuerda que ponía especial énfasis en la formación del carácter de sus alumnos, a quienes les recomendaba: “Aprended a ser fuertes, no os dejéis abatir por el dolor; cuando las adversidades se ciernan sobre vuestras cabezas llamad en vuestro auxilio a vuestra voluntad”.
“Y si no es dable que triunféis del dolor y de las adversidades, os quedará un consuelo al menos: haber triunfado de vosotros mismos, al poder pregonar que vuestro espíritu ha logrado sobreponerse a todas las miserias de la vida”, les decía.

En su ideario filosófico, Manterola Bernal caracterizó su pensamiento como ecléctico, ya que sostuvo que era necesaria la fusión de las que denominó “escuela positiva” y “escuela metafísica”, para que de este modo, la totalidad de las ciencias estuviesen en perfecta armonía.  

Uno de los grandes méritos de Ramón Manterola, fue haber realizado su labor intelectual y filosófica con una conciencia crítica, como pocos lo hicieron en el siglo XIX, según la doctora Carmen Rovira, en su compilación “Pensamiento filosófico mexicano del siglo XIX y primeros años del XX”.

PERIODISTA Y ESCRITOR

Manterola Bernal alternó su vocación magisterial con el periodismo, y en el año de 1868 recién graduado como abogado, fue redactor del periódico liberal “El Siglo Diez y Nueve”, cuando este era dirigido por el apóstol del periodismo Francisco Zarco.

En este rotativo participaron figuras históricas como Manuel Payno, Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez y Melchor Ocampo; dejó de publicarse el 15 de octubre de 1896.

También escribió en el periódico “El Porvenir”, y fue fundador de las publicaciones “Miscelánea Hispanoamericana” y “El Publicista, semanario de derecho constitucional, administrativo, e internacional”.  En sus escritos periodísticos, defendió siempre las ideas que proclamaba el Partido Liberal.

Igualmente fundó el “Boletín biográfico y escolar”, y con un enorme esfuerzo, debido a la carencia de recursos económicos, logró crear en Tacubaya, la Biblioteca Publica Romero Rubio.}

Además de sus artículos periodísticos Manterola Bernal escribió sobre teatro, dejando la obra “Isabel Lopouloff”, que se desarrolla en la exótica y helada Siberia; “El Precio de un secreto”, que es un fragmento de la vida política mexicana de la época, en donde destaca las pasiones de imperialistas y constitucionalistas, desatadas por el imperio de Maximiliano de Habsburgo.   

Creó también la comedia "Los Amigos Peligrosos”, donde retrató la vida de la Ciudad de México en la época; además de que plasmó sus ideales sobre la forma de hacer fructífera la crítica al gobierno, y el papel que debe desempeñar la prensa. De su pluma salió también el libro “Mundos Reales”.

Sobre filosofía y sociología escribió “La filosofía hegeliana”, “Diálogos socráticos”, y “Ensayo sobre la clasificación de las ciencias”. De igual manera dejó los libros “Calendario del obrero del porvenir”, “Economía política”, “Nociones científicas”, “Texto de geometría”, “Consideraciones sobre la biogenia”, y una colección de “Coros escolares”, mismos que llegaron a implantarse en la mayor parte de las escuelas de México, según el historiador José Antonio Zambrano.

En la pobreza, la naturaleza llamó al sueño de los justos al licenciado Ramón Manterola Bernal, el 16 de noviembre de 1914, en la Ciudad de México. Hasta su fallecimiento ostentó el título de presidente honorario perpetuo de la Sociedad Científica "Antonio Álzate”, y el sobre nombre moral de “padre intelectual”. Sus restos descansan para la eternidad en el Panteón de Dolores.
 
Textos consultados:
Alberto María Carreño. “El Lic. Ramón Manterola”, en Semblanzas. Tercera Parte. Colección de Obras Diversas, Vol. VIII (1939).
Carmen Rovira (Compiladora). Pensamiento filosófico mexicano del siglo XIX y primeros años del XX. Lecturas Universitarias UNAM. Ciudad Universitaria. México, D.F. (1998). 

 
Elogio del Sr. Lic. D. Ramón Manterola, M.S.A., leído en la sesión del 7 de diciembre de 1914, por el Prof. Alberto María Carreño, pág. 1. Lám. I. Sociedad científica "Antonio Álzate".

Breve alocución pronunciada el 17 de noviembre de 1914, al ser depositados en el Panteón de Dolores los restos del Sr. Lic. D. Ramón Manterola, por el Prof. G. Torres Quintero, pág. 14. Sociedad científica "Antonio Álzate". 

Alocución pronunciada por el Dr. Alfonso Pruneda, presidente de la Sociedad Científica "Antonio Álzate," en la sesión efectuada para honrar la memoria del Sr. Lic. D. Ramón Manterola, Presidente Honorario Perpetuo de esa Corporación, pág. 16. Sociedad científica "Antonio Álzate".

Ramón Manterola. Carlos Lepe Pineda. Una aproximación a las historias de las ideas filosóficas de México. UAQ, UG, UAM, UNAM. Universidad Autónoma de Querétaro. 2010. Pág. 253. http://www.uaq.mx/servicios/publicaciones/pdf/sfil-aproximacion-rovira.pdf